El pozo de Sicar. 2. Competencias para la misión del catequista

1- El catequista narrador.

Este material para la formación de catequistas se basa en el nuevo perfil de catequista y las claves y exigencias de formación que presenta el nuevo Directorio para la catequesis. Se propone al catequista un camino que recorrer para adquirir progresivamente determinadas habilidades y destrezas. Estas habilidades y destrezas serán las que lo acrediten como competente para poder actuar como tal y para ejercer dignamente su ministerio catequético. En este camino formativo, paso a paso, el catequista tendrá la oportunidad de ejercitarse o entrenarse en las dimensiones formativas del “ser” y del “saber estar con”, del “saber” y del “saber hacer”.La novedad de este material está en presentar una formación para los catequistas basada en la misma inspiración catecumenal que se le pide que tenga la catequesis; a la vez que integra en ella el actual enfoque del aprendizaje basado en competencias. Ambas perspectivas se integran en este material para ponerse al servicio de la formación de los catequistas desde los nuevos parámetros marcados por el nuevo Directorio y convertirlos en auténticos discípulos-misioneros. En el segundo tomo -en cuatro volúmenes- de la Formación de catequistas basada en el nuevo Directorio para la catequesis, nos centramos en las “Competencias para la misión del catequista” para que pueda ejercer como tal; o sea, qué conocimientos y actitudes, qué habilidades y destrezas ha de ir asimilando en su proceso de formación para llegar a ser un catequista verdaderamente competente. Iniciamos en este primer volumen (El catequista narrador) la reflexión sobre el tipo de catequista que se requiere para impulsar y animar las tareas descritas por el nuevo Directorio (DC 79-89). Dibujamos, en primer lugar, la figura ideal de la mente, el corazón y las habilidades prácticas de ese catequista y, en un segundo momento, concretamos el camino que seguir para equipar su mente con los conocimientos necesarios (el “Saber”) y su corazón con las actitudes básicas (el “Ser”).